My darling Clementine
- Ana May
- 7 oct 2021
- 3 Min. de lectura
‘‘Cuando veía que él dirigía, veía la película’’(Martin Scorsese), ‘‘Ford no temía a nada’’(Clint Eastwood), ‘‘Te puede hacer reír y llorar’’(Walter Hill), ‘‘Yo quería complacer a Ford y eso es lo que él quería hacer también con la gente’’(James Stewart)… Estas son sólo algunas de las opiniones de los múltiples maestros que trabajaron con John Martin Feeney, Jack Ford (nombre con el que empezó en la industria del cine) o John Ford.
El único director ganador de seis Óscar y cuatro premios de los Críticos de Cine de Nueva York; aquel que dirigió más de 140 películas…
En el caso de Pasión de los fuertes, es increíble desde los créditos. ¡Cómo enlaza la canción de la película My Darling Clementine para que justo acabe cuando sale el último crédito: Directed by John Ford! Un sello de calidad.
También podemos ver el sitio preferido de Ford para rodar, ‘‘Monument Valley’’: una gran depresión situada en la frontera sur de Utah con Arizona, en Estados Unidos. Un monumento que impresionó al director que incluso llegó a decir sobre este sitio lo siguiente: ‘‘Where God put the west’’. Y que sale en nueve de sus películas como La Diligencia o Centauros del Desierto.
Otro aspecto que me ha llamado la atención es la puesta en escena, que es sin duda alguna formidable, al igual que la fotografía de Joseph McDonald. Un ejemplo es la partida de cartas o el baile, donde se produce un arco en el personaje de Earp que cambia de ser una persona fría a bailar con la chica (recordándome al baile que Fonda hace en Las Uvas de la Ira).
Una de las características del maestro Ford es que tiene la capacidad de que cada plano en cada una de sus películas parezca un cuadro, donde prima el paisaje del Oeste y personajes actuando dentro de él. ¡Una obra de arte!
En My Darling Clementine o Pasión de los fuertes además de planos generales como el del pueblo; también hay primeros planos de los protagonistas; planos picados y contrapicados como por ejemplo al principio, en el caso del personaje al que interpreta Henry Fonda, Wyatt Earp…
Si nos referimos a la trama de la película, que está basada en un hecho real vemos el talento de Ford, que tras haber estado sin rodar un western desde hace siete años con La Diligencia, volvió a atreverse con el género y apostó por la historia de Wyatt Earp, que sería tantas veces versionada posteriormente: la estancia del sheriff Wyatt Earp en Tombstone y el tiroteo en O.K. Corral frente a la familia Clanton. Pero ¿por qué My Darling Clementine en 1946? Porque representa el mito americano del hombre justo, sobrio y valiente que se enfrenta al mal.
Otro elemento que me ha gustado es cómo juega Ford con el tempo, que nos mantiene en tensión antes del duelo final en OK Corral, para ello recurre al silencio total, planos generales del pueblo…
Me parece fantástico el golpe visual de Ford para que con sólo ver cada personaje, sepamos su tipo de personalidad. Por ejemplo Clementine representa la bondad, ‘‘Los Clanton’’ la maldad… Aunque esto también se debe a que las interpretaciones son sublimes, desde Henry Fonda y Víctor Mature hasta Jane Darwell, que en este caso hace de secundaria pero que ya nos sorprendió con su papel en Las Uvas de la Ira.
Otro aspecto a destacar es el plano final de Walter Brennan saliendo de Ok Corral, que me recuerda al famoso plano de John Wayne en Centauros del desierto.
En resumen, Pasión de los fuertes es una película redonda por la posición de Fonda en esa hamaca, por sus andares que ya afirmó Ford en su momento: ¿Usted ha visto caminar a Henry Fonda? Pues eso es el cine; porque acaba de la misma forma que empieza: sonando la canción que da título a la película My Darling Clementine…
En definitiva, si tenemos que definir a Ford sería algo así como lo que dijo Orson Welles al preguntarle por su director favorito: ‘‘Bueno, yo prefiero a los viejos maestros con lo que quiero decir John Ford, John Ford y John Ford’’.
¿Y cómo rodaba cada escena tan perfecta? Con una cámara (respuesta de Ford a Bogdanovich).
¡Ese es John Ford!
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